
Convertirme en madre ha sido una de las mayores bendiciones que he tenido, es una experiencia transformadora que no solo influye en la vida personal, sino también profesional convirtiéndose en un diario desafío el aprender de esta nueva etapa y la satisfacción de poder continuar con la vida laboral.
Durante los meses de gestación de mi hijo, tuve la fortuna de contar con el apoyo de mis compañeros de trabajo, quienes asumieron aquellas tareas que, debido a mi estado, no podía realizar. Gracias a su solidaridad, pude evitar cualquier riesgo para mi salud. Esta muestra de respeto y comprensión hacia mis nuevas necesidades y responsabilidades, que se ha mantenido incluso ahora como madre. Esta experiencia me hizo valorar aún más el respaldo de una gran institución, una que se preocupa por mi bienestar y el de mi hijo.
Es necesario entender con empatía, que cuando se es madre, y sobre todo por primera vez, las responsabilidades de la maternidad y las laborales recaen en una carga emocional y física. Y el diario vivir se enmarca en incógnitas, continuas experiencias de aprendizaje y, en sí, cambios que van desde reducir la rutina propia de sueño por velar las necesidades de alguien muy amado hasta la necesidad de extender más allá de lo pensado la energía para cumplir con las exigencias de la jornada laboral, la cual, a pesar de ser reducida, se vuelve más larga al saber que existe alguien más que espera por ti y depende de ti.
Lograr un equilibrio para sobrellevar las presiones y responsabilidades que vienen de ambos roles hace que el desarrollar habilidades para gestionar el tiempo diario, pase de ser una necesidad a ser una exigencia, así como el saber priorizar tareas y delegar responsabilidades, pues ahora la atención se divide en otro aspecto muy importante en la vida que es el cuidar, educar y proteger un hijo, lo que requiere de amor, dedicación, paciencia y sobre todo tiempo.
Es importante destacar la importancia que tienen en la actualidad el goce de los derechos adquiridos en beneficio de las madres trabajadoras, ya que se les permite ser parte de la matriz productiva del país mientras se encargan de educar a la nueva generación; el apoyo por parte de empresas como ECUATRAN SA que cumplen con los beneficios de ley y ofrecen una flexibilidad en el horario laboral y un espacio exclusivo para la lactancia permite no descuidar ambos roles, y en mi experiencia personal, un disfrute y armonía entre la maternidad y mi carrera profesional.
Angela Freire Torres
Líder de Sistema de Gestión de Calidad Ecuatran SA